finca_liarte_-fuente_alamo_2_097-jpg_138999076Es la ermita más antigua y con mayor contenido histórico del municipio de Fuente Álamo. Su construcción se remonta al siglo XVI y, hoy día, se puede contemplar tal y como se edificó tiempo atrás.

Con el fin de sanear las arcas reales, y bajo las órdenes del Rey Carlos IV, se someten a subasta pública todos los bienes de Hospitales, Hospicios, Cofradías y Casas de Misericordia. Finalmente, el 8 de mayo de 1804, se adjudican a José Verger de Villafranca, vecino de Murcia, la titularidad de los bienes de la Cofradía de San Roque consistente en tres fanegas de tierra junto a su Ermita por el valor de 425 reales de vellón.

Pero la ermita dedicada a San Roque no llegó a cumplir la función de culto para la que había sido destinada en un principio, por lo que en el s.XVIII, debido  asu abandono y situación de extrarradio, se acuerda habilitar este lugar como Casa Hospital donde acoger a enfermos y a personas desamparadas. Sin embargo, la falta de espacio hizo necesario abandonar la ermita y construir junto a ella un barracón destinado a cumplir con esta solidaria labor.

Tiempo más tarde, una epidemia febril asola Fuente Álamo y, con ella, el abandono absoluto de la Ermita. Ante esta nefasta situación, Magdalena Hernández, esposa del comerciante Antonio Olivares, decide costear las obras de reedificación de la iglesia cumpliendo con una promesa hecha a San Roque. Es así como encarga al artesano murciano, Antonio Caballero, la construcción de un retablo para el camarín y una campana para la espadaña en sonido de “re”.

Pero los avatares por conservar el restaurado templo no acabaron aquí ya que, durante la Guerra Civil, ésta fue objeto de saqueo por parte de los milicianos, sufrió numerosos intentos de derribo a lo largo de la historia y hasta quisieron que la antigua Casa Cuartel estuviera adosada a sus paredes. Fue Agustín Carrascosa quien asumió el nuevo arreglo de la Ermita y con él, la actual imagen del santo traída desde los talleres “Anónima Mató” de Olot (Gerona).

Sin embargo, el tiempo y el olvido volvieron a hacer mella entre las paredes del templo de San Roque, hasta que en el año 2001 su restauración trajo consigo el ARTE en sus diferentes vertientes. La Ermita de San Roque volvía a renacer para todos los fuentealameros como un nuevo espacio cultural donde albergar importantes exposiciones de pintura, escultura, cerámica, fotografía y música, entre otros.